RAJASTAN: Jaysalmer y Bikaner

Jaysalmer, la ciudad dorada, se encuentra a las puertas del Desierto de Thar, en el noroeste de India. La ciudad es famosa por su imponente fuerte de roca arenosa amarilla (de ahí el nombre de ciudad dorada). En 1156 Rao Jaysal, el sexto sucesor del maraja Deoraj, del famoso clan Rajputa de los Bhatti, que gobernó en la región del desierto por mil años, fundo la ciudad y el fuerte de Jaysalmer estableciendo ahí la capital de la dinastía. 

 

 

 

Durante los siglos XII, XIII y XIV, la ciudadela soporto asedios, quizá el asedio mas famoso fue en 1293, el emperador musulmán Ala-ud-din Khilji armado con su gran ejercito saqueo la ciudad y el fuerte marcando el periodo mas triste de la dinastía. En los asedios se celebraron ritos extraños como el Johar, hombres y mujeres vestidos con sus trajes nupciales, antes que ser capturados por el invasor, encendían piras funerarias y se arrojaban al fuego.

No hay registros históricos hasta la época del príncipe Rawal Sahal Singh, entorno a 1620, conocido por aceptar la supremacía del emperador mongol  Sha Jahan (fundador del fuerte rojo de Dheli y del Taj Mahal que ya os conté en la anterior entrada). Esta fue la época de mayor esplendor de la ciudad de Jaysalmer, sin la continua preocupación ante nuevos saqueos, la ciudad pudo dedicarse al comercio, su posición estratégica en las rutas comerciales le proporciono grandes riquezas, ya que las caravanas de camellos pasaban con diversos artículos por cuyo tránsito la ciudad cobraba tributos a través de su Primer Ministro. Marfiles y sedas, índigo, opio, maderas preciosas, frutas secas y cocos, iban y venían por el desierto. Algunas comunidades jainistas nómadas eligieron el sitio para establecerse, ya que ofrecía aislamiento y tranquilidad. Estos trajeron sus riquezas, edificaron bellos templos y moradas palaciegas. Los mercaderes y ciudadanos edificaron magnificas viviendas y mansiones dentro del fuerte.

 

 

 

Cuando terminó el imperio mongol, comenzó para Jaysalmer la decadencia, pues durante la ocupación británica fue construido el ferrocarril que conecta la región con los puertos de Mumbai y Calcuta. Las rutas que antaño atravesaban el desierto fueron sustituidas por estas nuevas vías marítimas, relegando Jaysalmer a un segundo plano. Hubo grandes migraciones de comerciantes con sus familias, la población se desmoronó y sus palacios y mansiones quedaron cerrados.

 

 

A día de hoy la ciudad vive principalmente del turismo que atrae el fuerte, pero también de sus famosas excursiones en camello por los pueblos del desierto. También de la ganadería trashumante de ovejas y cabras.

Jaysalmer esta llena de pequeñas guest-house y hotelitos, dentro del fuerte y de la ciudad amurallada, nosotros elegimos alojarnos fuera de la ciudad amurallada ya que ambos monumentos se encuentran seriamente amenazados. El aumento de la población y las edificaciones ha hecho que la antigua gestión de las aguas residuales quede obsoleta, proporcionando un drenaje insuficiente, el agua corre por las calles sobre la roca caliza, que esta siendo erosionada de tal manera que los cimientos han empezado a descalzarse, poniendo en peligro este maravilloso entorno, varias torres de vigilancia dentro del fuerte se han erosionado hasta desplomarse, y la población y los negocios siguen aumentando en el interior.

 

 

Dentro del fuerte, puedes pasarte horas recorriendo sus infinitas callejuelas donde a cada esquina puede sorprenderte un palacete una tienda de telas y cueros, una vaca descansando al sol, una señora dedicada a sus quehaceres diarios o una perra callejera amamantando a sus perrillos  y donde parece que Aladdin te va a robar la cartera a la vuelta de la esquina.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Para llegar al Palacio del Maraja (y al fuerte) hay que atravesar varias puertas que conducen a un patio. El palacio, a parte de residencia del maraja, solía utilizarse para pasar revision a las tropas, atender peticiones y organizar espectáculos para las visitas ilustres.

 

 

 

Dentro del fuerte  hay un laberíntico complejo de 7 templos jainies interconectados entre si, construidos en roca caliza entre los siglos XII y XVI. El jainismo es una religión que surgió en el siglo VI a.c. como reacción al restrictivo sistema de castas hindú. Los jainies creen que se puede alcanzar la liberación mediante la absoluta pureza del alma, es decir, mediante la practica de la austeridad, la ahimsa (no violencia ni de pensamiento) y el respeto hacia todo ser vivo, puede uno liberarse del  karma (o rueda de la vida en la que los actos apresan el alma). Los jainies llegan a tales extremos por respetar la vida que al entrar a sus templos no puedes hacerlo con nada de piel o que sea fabricado a partir de un animal muerto, los monjes mas ortodoxos llevan un trozo de tela, es lo único que llevan, con el que se tapan la boca por si tragan un insecto por accidente y, como los budistas antes de construir sus templos barren la zona a conciencia por si hay algún gusano darle un nuevo hogar. y los monjes menos ascéticos pueden conservar alguna propiedad como una escoba con la que barrer las pisadas de los seres vivos antes de pisarlas de nuevo. El profeta principal del jainismo es Mahavira, un contemporáneo de Buda, la belleza, el detallismo y el afán de perfección de sus templos se deja ver en cada una de sus pulcras baldosas y de sus cuidadosamente restauradas estatuas. Los templos son increíblemente profusos en su decoración escultórica.

 

 

 

 

 

 

En las callejuelas de la ciudad amurallada, fuera del fuerte conocimos a Dennis, un chaval muy majo cuya familia manufactura todo tipo de artículos de cuero y con el que hicimos cierta amistad. Sus productos son en realidad de muy buena calidad y algunos muy originales. El suyo es un trabajo familiar que comenzó con su tatarabuelo. Por aquel entonces hacían por encargo todos los zapatos del maraja de Jaisalmer, de su familia y de toda su consorte, con el paso del tiempo, y la caída de los marajas, su padre decidió dar un vuelco al negocio y ampliar y modernizar sus productos. Dennis nos enseño los talleres donde se trabaja el cuero desde que reciben las pieles (con pelos y todo) hasta el producto final. Para conseguir la pieles las recogen en distintas aldeas simultáneamente para suplir la necesidad de un matadero y no asesinar animales solo para sus fines). También conocimos a su abuelo, que en su silla de ruedas todavía se mostraba entusiasmado de que extranjeros visitaran su taller. Evidentemente me habría comprado media tienda, sobre todo unas sandalias blancas que me enamoraron, pero claro! queda mucho viaje y he de pensar en mi pobre presupuesto y en que no me cabe nada mas en la mochila desde que metí el jamón de mis padres... (que por cierto todavía dura!!).

 

 

 

 

 

Desde Jaysalmer partimos hacia Bikaner, una ciudad mucho mas grande para nosotros (millón y pico de habitantes) pero un grano de arena en una India cuya población excede los mil millones de habitantes, viajamos en autobús nocturno, he de decir que aquí lo de los autobuses es bastante cómodo, los asientos son bastante mas anchos y espaciosos que los del alsa y definitivamente mas baratos. El único y verdadero problema es que a todo el mundo le da por quitarse los zapatos y hay siempre un tufo insoportable, por no decir que a los indios les encanta escupir copiosamente por las ventanas, así que hay que tener cuidado con tener tu ventana abierta por si las moscas. Asquerosito!!

 

 

Bikaner, en realidad no tiene mucho que ver, o mas bien lo que tiene que ver no es muy espectacular, como todas las ciudades de Rajastan, esta también tiene un fuerte con palacio y demás, una zona vieja con multitud de havelis de roca caliza (el problema es que al ser una ciudad mucho mas grande esta todo lleno de gente, basura, ruido y la mitad de las havelis están destrozadas), un par de templos jainies (nada que ver con los de Jaisalmer).

 

 

Lo único que nos llamo la atención se encontraba a 30 Km de Jaysalmer, el Templo de Karni Mata o Templo de las Kabas (ratas sagradas).Cuenta la leyenda que Karni Mata (mata significa madre), una encarnación de la diosa Durga, pidió al dios de la muerte Yama que resucitara al hijo de un famoso cuenta-cuentos. Yama se negó y Karni Mata, enfadadisima reencarnó a todos los cuenta-cuentos del mundo muertos en ratas para que Yama no pudiera disfrutar de sus almas como humanos. El templo es un importante centro de peregrinación por lo que hay que quitarse los zapatos (como en casi todos los templos) antes de entrar. Imagínate cientos de ratas (eso si sagradisisimas) corriendo a sus anchas por el templo y tu descalza!!!Las ratas corretean entre tus pies, moviéndose por todo el templo, comiendo de enormes comerderos y bebiendo de enormes cuencos llenos de leche. Dicen que si se suben a tus pies o al calcetín te da suerte, nosotros debemos ser muy suertudos porque se nos subieron unas cuantas (de todas formas hay tantas ratas que es imposible que no se te suban) o como sucedió en mi caso, que me senté en una escalera y una de ellas se subió a mis rodillas, me miro y luego se bajo rápidamente.  Me habria gustado saber que cuentacuentos seria y si en realidad querría contarme un cuento!! Jejej! Tambien es buena suerte ver una rata blanca. En realidad a mi siempre me han gustado mucho los roedores (como mi lindisimo Jerbo Morrison de que me acuerdo bastante), y no he tenido nunca una especial aprehensión por las ratas, por eso pensé que seria una experiencia cuanto menos intreresante! Sinembargo he de reconocer, que algo de grimita si me dio! Tu visitarias este templo?

 

 

 

 

 

 

Busca las ratas entre la decoración!!

 

En una conversacion con un local en el templo, este nos conto que en Denkshor toda la gente muerta se reencarnaba en ratas asi que era tambien un poco como ir a visitar lafamilia jejeje.

 

 

 

 

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