viernes, 12 de noviembre de 2010

KEDOUGOU-LABE Y ALREDEDORES LABE

Tras unas 12 horas de regateo intenso conseguimos una plaza en el “transporte internacional” Kedougou- Labe. A pesar de haber apalabrado dos plazas el día anterior, al llegar la siguiente mañana el conductor trato de cobrarnos 1,5 veces el valor de la plaza solo por la mochila!!!! Tras lo cual no pudimos mas que indignarnos, recoger nuestra mochila y marcharnos. Pero, desgraciadamente el 4x4 es el único medio de transporte entre Kedougou y Labe, asi que unas 4 horas después volvimos a la gare routierre para negociar con otro conductor, en resumen, finalmente un conductor nos paso al mismo para que pudiera salir ese mismo día (los todoterrenos no salen hasta que no llevan 18 personas y el equipaje).  Primero cruzamos un “puente a tracción animal” bastante eficiente y ecológico:


La pista entre los dos países es una mala broma, las lluvias  aquí son bien fuertes, por lo que con el paso del tiempo han destruido la pista de una manera formidable, no solo hay agujeros que se extienden por metros sino socavones que parecen mini-lagos y cauces pedregosos de riadas anteriores. En multitud de ocasiones las ruedas quedan atrapadas en trampas de barro y todo el mundo ayuda a empujar o a buscar piedras que poner bajo la rueda. Además de todo esto, las pendientes se vuelven empinadísimas, por sorpresa, a la vuelta de cualquier curva (aquí comienza la cadena montañosa del Fouta Djalon). En esas pendientes todo el mundo ha de bajarse para que el 4x4 sea capaz de remontar la subida o descender la bajada sin volcar. A veces estas paradas  pueden llegar a ser un infierno porque se producen cada 5 minutos, pero otras veces son un alivio por dos motivos, el primero descansar las piernas entumecidas y apretadas y por otro, calmar el tum-tum del corazón al ver por donde tiene que subir el 4x4, ahí es donde todo tu cuerpo dice: yo me bajo y voy andando! Aquí sí que vuelca! (de hecho vimos un camión volcado a mitad de camino, que no es broma). Para colmo parte de las 26 horas que dura el viaje, más de la mitad son en plena noche, donde tu frontal puede volverse tu mejor amigo si de repente hay que cruzar un rio a ciegas y descalza porque tus chanclas van en el macuto. A lo largo del viaje solo hay una posibilidad de parar para “descansar” por unas  4 o 5 horas para dormir en medio de ningún sitio (muertitos de frio sobre unos bambús) pero sin poder acceder a tu equipaje que va fuertemente amarrado al techo durante todo el camino.




El conductor realmente es digno de mención, no solo por atreverse a hacer lo que hace sino por hacerlo en estas condiciones, como veis, no todo el mundo lo consigue:


Después de cambiarnos a un siete plazas de 12 personas y pasar diversos controles militares guineanos los cuales pretendían convencernos, mientras cocinaban un mono, de que además de la visa y los papeles en regla necesitábamos un certificado que nos acreditara como turistas, obviamente rechazamos todos sus intentos de extorsión educadamente, usando la lógica pura y dura y el tiempo, que está a nuestro favor.

Al llegar a Labe, la ciudad más grande del Fouta Djalon, nos encontramos con Yaya, un amigo de Paul, que además es director de turismo de la prefectura de Labe (nótese que en 10 días solo hemos visto 2 blancos, rusos que trabajan asfaltando las carreteras).

La familia de Yaya nos ha acogido con bastante entusiasmo y hospitalidad, de hecho nos han dejado una habitación bastante cómoda con llave y todo para que entremos y salgamos a placer! Yaya es todo un personaje, nos reímos un montón con él cuando nos cuenta las típicas anécdotas de la familias africanas, cuando habla con sorna de la hipocresía de los militares y los políticos europeos cuando se comunican a través de la tele, cuando nos cuenta lo complicado que es casarse aquí y como la sociedad siempre tiene un ojo sobre todo el mundo.



Guinea es un mundo aparte en comparación con Senegal, se que generalizar es malo, pero una vez aceptado, he de decir que aquí la gente no te trata como si fueras un euro andante y eso es de agradecer. Quizá el hecho de ser un país que ha estado mucho tiempo con las fronteras cerradas al mundo, ha hecho que no estén tan corrompidos por el turismo.

Labe es una capital de provincia viva y bulliciosa, con su Gran mezquita, su mercado interminable que reúne los mejores productos del Fouta Djalon y su gente llena de planes y proyectos para la democracia que viene (según parece).

Una de los mejores lugares que hemos encontrado en Labe es el jardín de Alpha:


Alpha, un guineano que rezuma paz y serenidad en su tono de voz, su ritmo, su mirada, es un obstinado naturalista en un país que todavía no conoce el significado de la palabra, no solo lleva 31 años añadiendo especies medicinales, aromáticas, ornamentales etc. a su jardín, sino que además da talleres de medio ambiente a los niños de las diferentes escuelas de la ciudad, organiza debates fuera del horario escolar entre voluntarios con temas tan diversos como la educación ambiental (que los niños puedan convencer a sus padres que no es bueno quemar los plásticos acumulados en el patio, ya que ellos mismos inhalan esos humos), la importancia de utilizar bolsas de tela para ir al mercado,  mostrar el efecto de unas pilas en el medio ambiente o incluso charlas sobre el calentamiento global.



Alpha se ha cansado de presentar planes de desarrollo de su  jardín -escuela al gobierno y de que lo ignoren por completo, así que, como adelantado a su tiempo que es, ha decidido tomar  la sartén  por el mango y montar su propia “planta de reciclaje”. Ha conseguido convencer a todos los mecánicos del pueblo para que no tiraren las ruedas viejas y las utiliza como escaleras o macetas para su jardín:


Utiliza las bosas de plástico de los zumos o agua que beben los niños y adultos como semilleros para las plantas leguminosas autóctonas que después dona, gratuitamente, a los agricultores que se dedican a la quema de terreno virgen para la plantación posterior de mijo, maíz o lo que sea, para luego abandonarlo y buscar otro terreno. Ha conseguido que los agricultores planten estos semilleros entre su cosecha, de tal forma que al abandonar el terreno a los 2 o 3 años, las leguminosas ya han crecido lo suficiente como para enriquecer de nuevo la tierra cuando esta se abandona, evitando así la desertificación.

Estuvimos unas 5 horas visitando el jardín de Alpha, intercambiando recetas para decocciones y esencias por recetas medicinales (como mezclas artemisa y absenta o una planta minúscula pero cuyas hojas son sorprendentemente azucaradas y con las que trata a gran numero de sus vecinos diabéticos). Helena y el discutieron largo y tendido sobre la administración del agua en su jardín y los múltiples talleres medioambientales. Es un placer haberlo conocido y un gusto saber que a pesar de tener 0 ayuda gubernamental y 0 fondos es capaz de llevar a cabo una labor sin precedentes en Guinea desde hace ya más de 30 años





Otro lugar digno de mención a unas 2 agotadoras horas de moto por caminos de cabras son las “eschielles” (escaleras), son básicamente unas escaleras hechas con lianas por la población local para poder llegar a su aldea que se encuentra a unos 300 metros de desnivel.






Esta no es una ruta alternativa o atajo, sino el único medio que tiene esta gente de salir y entrar de su aldea, nosotros lo hicimos con una pequeña mochila, pero estas mujeres lo hacen con sacos de arroz de 20 kilos a la cabeza y el niño a la espalda, no me quiero imaginar como es esta ruta. Pero la bajada del cañon y los alrededores on increibles.







De vuelta a Labe paramos en las cascadas de Saala de una caída de unos 80 metros. Se esta empezando a desarrollar un poco el turismo en esta zona, pero hasta ahora es casi inexsistente (en casi un mes en Guinea no hemos visto un solo blanco que no sean rusos poniendo el asfalto).





Besos a todos y perdón por la tardanza. Gracias por los comentarios. Da gusto leeros






4 comentarios:

Fer y Gler dijo...

Estamos esperando que nos hableis de la política de Guinea, ya vemos que los viajes de un sitio a otro son verdaderas odiseas.

ChacheDani. dijo...

Pero que mieditooooooor!!! Jesus ke fuerza de voluntad teneis...
Desde luego en comparación los viajes por Europa en coche son un coñazo...
Besooooooo!!

La Rubia dijo...

Tenéis más valor que el pupas.Pero bueno, sarna con gusto no pica, ¿verdad?. Sois jóvenes y robustos y aguantáis lo que os echen...seguid adelante.
Besos y achuchones.

Marisol Humanes dijo...

Muchas gracias por hacerme disfrutar con vuestra aventura. Me ratifico en el comentario de "La Rubia".Espero que estéis bien después de la última odisea, cuidaros mucho.
Besos y abrazos de parte de todos.