martes, 19 de octubre de 2010

GAMBIA

                       DAKAR-KAOLAK-FARAFENNI FARAFENNI-JANJANGBUREH


Salimos de Dakar para dejarlo atrás definitivamente, contentos, ya que aunque significaba el dejar atrás muchas comodidades las ciudades en Africa no son una visión muy agradable, la miseria y la pobreza se hacinan por las esquinas para mostrar un panorama humano que refleja la cara mas oscura del ansia de desarrollo personal y del oscuro mito de la prosperidad en la capital. El set- place esta vez era de 7 plazas, pero fuimos en las de atrás y el dolor de culo era considerable, hasta pasar Mbour a pesar del atasco la carretera era decente, pero un rato después, los dos carriles de la carretera se convertían en una amalgama de coches circulando en eses a turnos, ya que los boquetes que había en el asfalto debían tener unos 40cm de profundidad y estaban por todos lados, para mas inri la carretera estaba plagada de enormes camiones de carga que no podrían circular en dirección contraria aunque la carretera estuviera bien, ni que decir tiene que nuestros culos y riñones sufrieron el impacto de la falta de inversión estatal en infraestructuras locales. Llegamos a Kaolak, ciudad que como leímos en algún lado “no trata de satisfacer a nadie” , sin pena ni gloria llegamos a otra estación de “buses” de la que salimos para Farafenni.

Un rato después de subir empezaron los problemas, al parecer no eran bastante que fueramos 5 sentados en una fila de 4 (mas de 20 personas en el bus) con una mochila y dos señoras, una con niños y otra cuyo culo no tenia nada que envidiar a la crema de los portaviones norteamericanos, sino que decidieron que al haber unos 20 cm de espacio para la apertura de piernas un adolescente que ya había pagado pero no encontraba sitio debería sentarse a nuestro lado, como la física ya había predicho el niño no cabía e iba medio en el aire por lo que después de 10 minutos bajo a quejarse al “revisor” (un chaval rechoncho de unos 15 años y con una mala hostia de cagarse). Entonces nos explicaron literalmente que era necesario “empujarnos” entre nosotros a lo cual nos negamos pues ya estábamos tan comprimidos como podíamos estar y el viaje era de 4 horas o mas. Pasamos a ser los malos del vehículo y el precio subió unos 1000 inesperados cfa. Al rato se escucho un ruido, como si se hubiese desprendido una mitad del suelo de la camioneta convertida en minibús, bajamos todos a esperar que la “magia africana” obrara su milagro, una rueda estaba en carne viva con trozos de neumático desprendido, después de una media hora y un cambio de rueda (la de adelante por la de atrás quiero decir) continuamos nuestro camino con un “cloc”, “cloc”, “cloc” de ruido de fondo. Al rato empezó a llover, poco a poco al principio pero furiosamente después y las mochilas estaban en el techo, al cual le pusieron una lona de pastico, después el techo empezó a chorrear por los agujeros de las soldaduras y los tornillos, una buena parte encima de Helena que además estaba al lado de una ventana sin cristal, fue un rato muy largo, sobre todo teniendo en cuenta que lo único que pudimos hacer es poner un pañuelo en el agujero para que el chorro se convirtiera en gotera ya que en vehículo no había ni 1 cm libre. Íbamos a unos 30km/hora y parando cada 20 o 30 minutos para apretar piezas del motor y volver a colocar el embrague que se salía del sitio. Dejo de llover y aunque las goteras persistían pensamos que lo peor había pasado, llevábamos ya tiempo circulando por la “ Trans-Gambia Highway” y no pintaba muy mal, hasta que llegamos a un tramo donde las inundaciones habían hecho estragos, la mitad del vehículo se bajo y lo recorrió a pie, en dirección contraria venían camiones, buses, caballos, motos, pero ninguno se podía mover, los postes de electricidad a los lados de la carretera estaban inundados aproxidamente medio metro. Logramos cruzar y continuamos hasta la aldea mas cercana, todavía del lado de Senegal. Cogimos un taxi que nos llevo hasta el puesto fronterizo de Senegal y después hasta las aduanas de Gambia, donde subió un militar al taxi para escoltarnos hasta el puesto de Farafenni donde nos dieron la visa y pagamos.







El pueblo de Farafeni, consiste una rotonda de la que salen 4 calles, dos de ellas asfaltadas, dos sin asfaltar, a ambos lados de cada calle se desarrollan los barrios del pueblo, que no debe tener mas de 7.000 habitantes (si es que los tiene). Llegamos por la noche y todavía había gente en la calle en sus quehaceres diarios. El taxi nos dejo en el Eddy’s Hotel, un hostalillo regentado por un gordo senegalés bastante majo. La habitación que utilizamos tenia una cama enorme y un ventilador (dos lujos de los que nos habíamos olvidado desde Saint-Louis y que tanta falta nos hace para descansar de verdad alguna noche que otra). Por la mañana Farafeni era otro pueblo, lleno de a vida y de gente vendiendo comida en la calle, hay un mercado bastante completito donde un montón de mujeres vendían frutas y verduras.



Después de desayunar 2 bocatas bastante ricos pero de contenido indefinido nos acercamos con nuestras mochilas en busca del sept-place que nos acercara a JangJangbure. Al ser una ciudad fronteriza (aunque realmente creo que va asi en todo el país) aceptaban la moneda local ( Delasi) y el franco cfa pero tenían una manera de convertir las divisas un tanto curiosa, si por ejemplo pedias un plato de pollo con patatas (se notaba la influencia inglesa por todos lados, los enchufes con toma de tierra e interruptor) costaba 35 Delasi (0,90 euros) pero en Francos cfa costaba casi 3 euros, lo mismo con la habitación de hotel etc, bastante curioso ya que el Delasi esta mucho mas devaluado que el franco cfa cuyo valor esta garantizado por Francia.

Una vez en el set place y sentados para salir a Farafenni tuvimos que esperar unas tres horas a que el conductor llenara todas las plazas, ya hemos aprendido que en Africa es asi, o tienes dinero y vas rápido o tienes tiempo y vas barato, nosotros tenemos lo segundo y a veces, a ellos les cuesta comprenderlo un poco ya que en las 3 horas de espera nos preguntaron unas 5 veces porque no pagábamos los sitios vacios lo cual significaría pagar el triple del precio acordado, imagínate ir a comprar una barra de pan y que te diga la señora que porque no pagas 3 ya que se le acaban de quemar dos en el horno.

Durante el viaje en sept-place nos pararon en unos 6 controles, en tres de los cuales nos hicieron abrir nuestras mochilas. Los controles podían ser tanto militares, como policiales, como de aduanas y cada uno de ellos nos investigaron de manera independiente, para cuando llegamos al control militar estábamos un poco hasta los huevos y cuando nos quejamos un poco y les preguntábamos que buscaban su simple respuesta fue: bad elements (malos elementos, gente mala) vete tu a saber que es para ellos gente mala (¿drogas?, ¿armas?).

El sept-place nos dejo en la orilla del río Gambia junto al resto de los pasajeros. Entonces tomamos una barquita de hierro (chatarra soldada) para alcanzar la isla de Jangjangbureh, no más cruzar conocimos a un chavalito que nos acercó al campamento mas barato (ya lo conocíamos por la Lonely-Planet) donde nos hemos hospedado por 2 días. La isla no es muy grande, mide 7 km de largo por 1.5 km de ancho más o menos y esta recorrida por una carretera con casitas y boutiques a ambos lados.



 

The Gambia tiene un panorama político un tanto unilateral, para ser benévolos, el actual presidente subió al poder tras un golpe de estado a los 29 años, prometiendo celebrar elecciones y establecer un gobierno con la retirada casi inmediata de los militares, paso un año y al no tener trazas de cumplir su palabra el banco mundial y otras organizaciones internacionales empezaron a imponer sanciones tras lo cual el militar decidió celebrar elecciones, en las cuales, curiosamente salió el electo como jefe de un partido “democrático” todavía sigue en el poder cargando a sus espaldas los asesinatos de muchos manifestantes estudiantes y la dudosa muerte de un periodista local que era el único que lo criticaba antes de las elecciones, así como la misteriosa desaparición de varios lideres políticos de la escasa oposición. Hablando con la gente local hemos aprendido que el tema político se evita directamente y cuando es así todo el mundo habla bien de su presidente ya que en sus propios susurros “nunca sabes quién puede estar escuchando”. Hicimos un amigo acá, Ablie, un chaval hijo de emigrantes mauritanos (hay unos cuantos) que además de buena persona resulto ser un buen guía moderadamente desinteresado. Ablie, y otros por acá creen que el presidente cura el sida, además de a los parapléjicos y tullidos, según el, los aspirantes a pacientes crean una larga lista viniendo de todo el mundo después de hacerse pruebas en los mejores hospitales y dar positivo en las pruebas del sida, después de ver al presidente, un hombre muy espiritual quedan totalmente curados y cantan sus alabanzas.

The Gambia es un gran ejemplo de los despiadados caprichos de la época colonial, no hay mas que ver la división territorial del país, los ingleses hicieron saqueos acá hasta cansarse e intentaron cambiar Gambia por otros territorios a países europeos. Hoy día son tenidos como racistas y no muy queridos, (que gente mas soberbia, no?).

Nosotros nos hemos decantado por el oeste del país ya que es donde creemos que se puede ver la vida local mas autentica, alejados del turismo masivo que acude a los 80km de costa atlántica totalmente plagada de resorts a la africana y turistas de cocktail, hotel sombrilla. El país tiene 300km de largo y 25 km de ancho de media, su capital es Banjul, ciudad decadente (dicho por ellos mismos) ya que la mayoría de sus habitantes han intentado migrar a la costa atlántica para vivir de las migajas de los resorts, su economía se basa en la producción de “ground nut” y en el turismo. Carece de infraestructuras como bancos y hospitales excepto en Banjul, Soma y Farafenni.

Decidimos hacer una pequeña excursión por el rio Gambia hacia el parque natural del rio Gambia, este parque, que consta de 5 islas en mitad del rio, se encuentra cerrado al público ya que están tratando de recuperar chimpancés crecidos en cautividad, sin embargo puedes acercarte al mismo con una barca para ver si con suerte ves algún chimpancé desde el río.




 Nosotros no vimos ninguno, pero el viaje, de 1:30 horas ida y 2: 30 horas de vuelta en el barco-chatarra, fue fascinante por el hecho de ver, por primera vez en mi vida, hipopótamos en libertad, no podía dejar de mirarlos, eso sí, a una prudente distancia porque aunque son animales vegetarianos, son famosos por su gran agresividad a la hora de defender su territorio. Vimos dos enormes hembras, una de ellas con una cría y la otra con dos crías. Las pequeñas desaparecían en el agua por ratos y volvían a aparecer en la superficie siempre cerca de sus madres. De vez en cuando las hembras nos miraban desafiantes para que la barca mantuviera la consabida distancia de seguridad.






No vimos tampoco cocodrilos, pero si unas colonias de pajarillos amarillo brillante y rojo brillante que habían construido multitud de nidos en la maleza justo a orillas del río. Vimos también varias especies de monos pequeñitos de color pardo saltando de árbol en árbol a lo largo de las orillas y un águila pescadora (así la llaman ellos) posada majestuosamente sobre el único árbol sin hojas en esta parte del rio.Tambien vimos enormes termiteros de color rojo mas grandes que una persona.






Estoy entusiasmada con la vida animal africana, es curioso como aquí la gente convive con los animales todavía, y no me refiero a las cabras, perros, gatos, burros, caballos y demás animales domésticos, me refiero a que das dos pasos y te encuentras con todo tipo de bichos, y ya me conocéis, me quedo boba, sin ir más lejos, en el patio del campamento dónde dormimos hay un babobab gigante habitado por unos murciélagos increíbles que hacen sonar su radar a partir de las 19:30 de la tarde y es un festival de sonidos como electrónicos toda la noche.




A partir de esa misma hora el patio se llena de sapos y ranas de muchos tamaños y colores que salen a “tomar la fresca”. Me encanta, no lo puedo evitar. En Madrid ya solo puedo relacionarme con la fauna humana de mis amigos y familiares (jajajaja, animales todos ellos) y con mi perra (que la pobre tiene que cubrir ella solita todas mis inquietudes por la vida animal). Ole por mi perra!!




Ahora estamos en Bignona, en el sur de Senegal,  Casamance. Nos hemos tomado 1 dia de descanso porque el ultimo viaje de 300km nos llevo unas 12 horas, cada viaje es una odisea aca, vas a por el pan y tardas 3 dias!!!. Bueno, nos hemos quedado en este hotelillo que es una antigua casa colonial que regenta un español muy majete que se llama Miguel. Estos son los alrededores del pueblo:




P.D: Esta es para mi amigo David, para que vea que en visperas de la llegada papal el apocalipsis se cierne sobre Bignona. Moita sorte con mazinger meu!!! Un biko enorme!




6 comentarios:

Gler y Fer dijo...

El reportaje maravillo y las fotos increibles, me siento muy orgulla de vosotros. Seguid asi, aunque las dificultades sean muchas, vosotros podreis superarlas. Un besazo os lo mereceis.

Chache Dani dijo...

Desde luego, que fortaleza fisica y mental!!
Menudo infierno el viajecito... A mi se me habria escapado un "yo me quiero ir con mi mamá" mas de una vez... Aunque la verdad es que después viendo hipopotamos a lo National Geographic se me habría pasado...Que envidia, joooooooo!!!! Menudo reportaje fotografico, que paisajes... Y por fin se os ve con colorcito en la cara...
Milbesos y mucho ánimo!!

Ahora Fer y gler dijo...

Vaya tela, me habeis recordado el camion que recorria el sahara y no cabia una pulga, pero ha merecido la pena por el Gambia.
las fotos increibles. El español del hotel ¿no sera gallego?.
besos

Llanes Martinez dijo...

Hola rapaces:
Siento las desgracias con móvil y ordenador. Deberías de buscar algún chaman que contacte con el espíritu de Mckintosh o Microsoft, a ver si con eso...
Percibo cierto descontento con el transporte público africano, que seguramente se tornará en alabanzas cuando en la India os comenten que tenéis que viajar en el techo.
Por lo demás parece que estáis disfrutando el viaje.
No se si lo que visteis fue un lagarto bien alimentado o un Varano, pero Elena tiene razón en que existe la especie.
Intento que las niñas hagan seguimiento del blog, lo hacen pero de momento no están entusiasmadas. Ayudaría mucho si saliese Bob Esponja o Dora la exploradora.

Siento ser el cansino del blog, pero "be careful". Un beso pa cada uno de la familia Llanes-Martinez, (lo del guión es para darnos el pisto).

La tía y la prima dijo...

Holaaaa!
Menuda aventurilla en el "maxibus". Aunque esta mal reirse de las desgracias ajenas, Alba y yo nos hemos reido hasta llorar. Hemos descubierto la bis cómica de Kike y creo que no deberias desaprobecharla. Es más después del viajecito podrías llevarle al club de la comedia a que cuente en un monólogo el viaje en el autobus.
Las fotos preciosas y ver hipopótamos en libertad una pasada. Alba tiene una curiosidad, quiere saber como os lavais la ropa, ahora mismo esta poniendome una cara y diciendo "jope que van a pensar de mí" jajaja.
Como nos habeis hecho reir os hemos mandado un e-mail que esperamos os haga sonreir y así Helen ya puedes mandarnos el correo con la direccion bien puesta.
Deseamos que sigais disfrutando del viaje y que nos hagais disfrutar también a nosotros. Mucho besitos de la familia Pérez Fuentes. Os queremos!

Gler y despues Fer dijo...

Esto va viento en popa, cuando además de la familia, empice a leerlo el resto del mundo,(que exagerada soy), lo mismo encontráis exponsor, sería maravilloso, que además de divertiros y conocer gente y países, os pagarán, lo próximo una guía turística, con esas fotos y los comentarios. Muchos besos.

Ahora el exagerado, ya enpiezamos a reaccionar, no hay como una historia buena de viaje y si es cansada mejor. porfi unos diitas al sol y relax no os vendrían mal. no vayaia a poneros malos y si es así adios a las historias de Kike y Helen
besazos